Samuel de Champlain fue el
fundador de la Nueva Francia. Desde su fundación en 1608 la población de Quebec
habÃa afrontado los peligros del hambre y el escorbuto, las rivalidades
comerciales, el incierto apoyo de Francia, la oposición de los pueblos
indÃgenas considerablemente poderosos y de los ataques militares ingleses.
Gracias a la llegada de Champlain es que se paso de los contactos transitorios
a una presencia permanente europea de manera que se lento un gran imperio
colonial.
La Colonia de Champlain
Como ya habÃamos revisado
anteriormente, las ballenas y el bacalao fueron las riquezas que habÃan atraÃdo
a los europeos hacia Canadá durante un siglo pero fueron los castores los que
los motivaron a quedarse. Con las pieles de castor se elaboraban sombreros
hechos de fieltro, los cuales repelÃan el agua y duraban mucho. A partir del
comercio de esta piel es que se inicia el levantamiento de un gran imperio
colonial.
Los mercaderes franceses se
convierten en visitantes regulares del golfo de San Lorenzo a consecuencia del
interés por las pieles de castor provenientes de Canadá. Uno de estos
mercaderes, Francois Grave Du Pont, fue quien llevo a Canadá a Samuel
Champlain, que era un hombre común, procedente de la ciudad de Brouage, y que
en ese entonces se considera tendrÃa unos 23 años. Se supone que estos contaban
con algunos conocimientos de exploración y trazado de mapas.
En 1607 Champlain decide iniciar
una nueva empresa de la cual lo eligieron jefe, la cual fue la colonización
sobre el San Lorenzo.
En 1608, Champlain y un grupo de
trabajadores desembarcaron a los pies de Cap Diamant, y allà construyeron
varios edificios fortificados a los que pusieron el nombre de Habitation de
Quebec. Veinte de los 28 hombres que acompañaban a Champlain murieron durante
el primer invierno. El resto de sobrevivientes aunque débiles y victimas del
escorbuto para 1609 habÃan establecido presencia europea permanente en el suelo
de Canadá. El nombre de La Nueva Francia simbolizaba las pretensiones e
intereses de la Corona Francesa en América del Norte, hecho que se estaba
haciendo realidad al crecer alrededor del sitio de la Habitation la ciudad de
Quebec.
Champlain trabajo muy duro para
poder convertir su pequeño poblado en una colonia. En 1609 y durante varias
décadas posteriores la Nueva Francia no fue mas que un puesto comercial y una
embajada, donde estos pueblos se habÃan acostumbrado a intercambiar pieles por
hachas de hierro, utensilios de cobre, paños y cuentas decorativas llevadas al
golfo de San Lorenzo por los pescadores y traficantes. Para el dominio de este
tráfico se sucintaron guerras sangrientas que convirtieron al valle de San
Lorenzo de una tierra en la que nadie se interesaba a una peleada ferozmente
por dos alianzas indÃgenas.
Una de esas alianzas se formo en
torno de la Liga de los Cinco Pueblos o Confederación iroquesa, sociedad de
agricultores y traficantes formada por unas 30000 personas. La patria de los
iroqueses se encontraba en el valle de Mohawk y en el distrito de Finger Lakes,
pero una red de tribus mas pequeñas aliadas abarcaban gran parte del territorio
situado al sur del rio San Lorenzo. La otra alianza de indÃgenas vivÃa al norte
del rio y su elemento más poderoso era la Confederación hurona. Estos 20,000
hurones se parecÃan mucho a los
iroqueses por su lengua, su agricultura basada en el cultivo del maÃz y sus
refinadas confederaciones polÃticas. Las confederaciones de los hurones y de
los iroqueses eran antiguas rivales ávidas de poder e influencia. Los aliados
de los hurones era una tribu llamada montanguis que vivÃa en la ribera norte
del golfo de San Lorenzo, y eran los que mas habÃan tratado con los franceses.
Tadoussac, aldea de los montagnais, habÃa sido el centro del tráfico entre los
nativos y los franceses hasta que Champlain llego a Quebec.
El objetivo de Champlain de
controlar el intercambio de pieles desde su base en Quebec suponÃa mucho más
que montar una tienda y ofrecer intercambios de productos . La buena acogida de
los mercaderes europeos por parte de los indÃgenas se daba a razón de que estos
estaba interesados en los artÃculos que traÃan durante el verano. Asà pues, los
franceses adquieren su base territorial en San Lorenzo logrando convencer a
algunos indÃgenas de que su presencia permanente seria valiosa contra sus
rivales. Asà fue que la supervivencia de los franceses los primeros años dependió
de demostrarles la utilidad que les ofrecÃan a sus aliados indÃgenas. En 1609
Champlain ayuda a los montagnais y a sus aliados del interior haciendo guerra
contra los iroqueses.
Guerreros procedentes de tres
pueblos aliados (montagnais del este, algonquinos de la región del rio Ottawa y
hurones de la bahÃa Georgian (se unieron a los franceses en la Habitation
durante la primavera de 1609. Hubo una gran celebración y tan pronto termino empezó
la campaña militar. Los aliados remontaron juntos y en julio de 1609 se encontraron
con los iroqueses. Con la participación de los franceses su ventaja era
evidente y de inmediato dieron muerte a tres jefes iroqueses mientras que la
batalla hizo que los demás huyeran de manera desordenada. Esto fue lo que sello
la seguridad para el comercio en el San Lorenzo; los aliados del norte quedaron
en poder de las rutas de San Lorenzo y prospero el comercio en la Habitation.
Aunque los franceses y los
hurones nunca se habÃan conocido pues habÃan estado recibiendo productos
europeos por medio de los montagnais y de los algonquinos, estos no tardaron en
conocerse y convertirse en Ãntimos socios. La Confederación hurona era la mas
grande, rica y poderosa de todas las tribus que conformaban la alianza. Incluso
Champlain tuvo la oportunidad de acompañar a una partida de hurones en un viaje
de un mes desde la isla de Montreal, remontando por el rio Ottawa y cruzando el
rio Nipissing hasta el lago hurón y hasta el sur, hasta la patria de los
hurones. Al ir en batalla contra los iroqueses ese verano Champlain paso el
invierno con los hurones.
Las exploraciones hechas por
Champlain le permitieron dibujar un mapa en 1632. Champlain declaraba que querÃa
alcanzar un conocimiento perfecto del territorio mas este hecho es dudoso y se
ve expresado en sus escritos. A diferencia de el, Etienne Brule, que se habÃa quedado
a vivir entre los nativos en 1610 a cambio de un joven hurón que se quedo con
Champlain, este si paso gran parte del resto de su vida entre los nativos; comÃa
lo mismo que ellos, vestÃa como ellos y hablaba su lengua. Se adapto al modo de
vida indÃgena mucho mas que Champlain.
En Francia el apoyo para la
colonia de Champlain aumentaba y desde 1612 tenia el titulo de lugarteniente
del virrey de La Nueva Francia. En su proyecto de colonización expreso que la
colonia tendrÃa como centro a Quebec. Tambien propuso la cristanizacion de los indÃgenas
y el establecimiento de pesquerÃas, minas, industrias forestales y agricultura
en la Nueva Francia sin renunciar al comercio de pieles. Predijo inclusive que la colonia abrirÃa una
ruta mas alla de los Grandes Lagos hacia el Oriente de donde se podrÃan sacar
grandes riquezas.
Para poder construir la colonia
Champlain necesitaba misioneros y familias. Los primeros sacerdotes llegaron en
1615 y en 1617 se dios a luz el primer hijo superviviente de la comunidad. La parición
de otras actividades que no fueran el comercio de pieles fueron de gran
importancia para crear la comunidad que Champlain deseaba. En 1628 los
Cent-Associes enviaron 400 colonos de Francia a Quebec pero la guerra estallo
con Inglaterra y estos fueron interceptados y obligados o regresar. Este
bloqueo estuvo a cargo de David Kirke que en 1629 junto con sus hermanos
regresaron a la Habitation en Quebec y expulsaron a Champlain y a la mayorÃa de
sus colonizadores.
A los ingleses les costo trabajo
conservar las alianzas para mantener vivo el comercio de pieles. Cuando
finalmente Francia recupera a la Nueva Francia mediante negociaciones diplomáticas
en 1632 la colonia tuvo que empezar de cero. A pesar de lo sucedido la
afluencia de colonizadores fue constante y la colonia creció mas rápidamente en
1630. Un nuevo puesto comercial tomo forma, la agricultura en Quebec, se
trazaron las primeras calles de una ciudad y la iglesia tuvo que agrandarse.
Para 1636 la población total de la Nueva Francia a penas llegaba a las 400
personas y hacia un año que habÃa muerto Champlain.
Se considera que la imagen de
Champlain a sido sobrevalorada y no hay que olvidar que en su empresa fue
apoyado por compañÃas mercantiles y que era agente de la polÃtica real. Su
proyecto no era crear un puesto comercial sino una colonia, y lo harÃa en
contra de los intereses de sus aliados indÃgenas. El complacer a los
traficantes y a los nativos fue una táctica. La colonia de Canada fue su
proyecto personal de Champlain, el cual marco el cambio de las intervenciones
europeas ocasionales en el origen de una comunidad permanente, si Champlain no
hubiese persistido, menciona Marcel Trudel, no habrÃa existido una Nueva
Francia.
Misiones, traficantes
y unos cuantos agricultores. Canadá bajos los Cent-Associés
Champlain no dejó heredero de su
causa, lo único que se sabe es que se caso con Heléne Boullé de doce años de
edad cuando él tenÃa unos 30, y fue un matrimonio que tenÃa por objeto una asociación
mediada por la conveniencia con la bien acomodada familia Boullé. Su esposa
sólo vivió cuatro años en Quebec y el resto de su vida la paso en ParÃs. En
1632 Champlain le deja todas sus propiedades y regresa a Canadá y no la vuelve
a ver; se dice se convirtió en monja. Al no tener un sucesor el rey nombró a
Charles Huault Montmagny, aristócrata militar de Francia, para sustituirlo.
El crecimiento experimentado por
la colonia durante los últimos años del gobierno de Champlain prosiguió durante
el gobierno de Montmagny. A pesar de ello, en comparación con otras colonias
del Nuevo Mundo, la Nueva Francia empezó a quedarse rezagada después de 1627
cuando se hizo cargo de su administración la compañÃa de los Cent-Associés. Las
colonias francesas e inglesas del Caribe habÃan empezado a prosperar gracias al
cultivo de la caña de azúcar, en Virginia habÃan descubierto el tabaco y en la
Nueva Inglaterra medraban empresas de pesca y comercio. Esto estaba atrayendo
más colonos. Cuando termino la concesión de los Cent-Associés en la Nueva
Francia, en 1663, habÃa unos 100,000 pobladores de origen europeo en las
colonias inglesas de América del Norte y unos 10,000 en la Nueva Holanda. La
Nueva Francia contaba con 3,000 europeos y con la empresa nativa del comercio
de pieles que seguÃa siendo el único incentivo comercial capaz de atraer
colonos. Un puñado de trabajadores franceses al concluir su trabajo en Quebec
regresaban a Francia, de esta manera el deseo de Champlain de formar una gran
comunidad aún no se habÃa materializado. Se le quiso responsabilizar del lento
desarrollo de la Nueva Francia a los Cent-Associés, pero la verdad fue que la
compañÃa cumplió con sus compromisos de colonización y dieron apoyo constante a
los escasos inmigrantes. Aunque algunas familias contaban con tierras y
tuvieron permanencia, la colonia siguió siendo predominantemente masculina,
estuvo dominada por el comercio y arraigada en la alianza comercial con los
hurones y otros pueblos indÃgenas.
Los establecimientos religiosos
no tardaron en proliferar la Nueva Francia, estos tenÃan como propósito prestar
sus servicios a los escasos traficantes y agricultores de la pequeña colonia.
Lo que los habÃa atraÃdo al lugar era la oportunidad de poder convertir a su
religión a los pueblos indÃgenas de América del Norte. Los recoletos fueron los
primeros sacerdotes con estas intenciones en el año de 1615. El mismo propósito
movÃa a los jesuitas quienes llegaron en 1625, lo cuales por medio del Jesuit
Relations, publicación anual de sus actividades misioneras, promovieron a la
colonia entre la gente acomodada y culta de Francia.
Fue el impulso religioso lo que
condujo a la creación de Montreal en 1642. Sus fundadores, un grupo de religioso
mÃsticos franceses, se sentÃan deseosos de construir una ciudad misionera dirigidos
por un devoto soldado llamado Paul de Chomedey de Mainsonnuneuve. De igual
manera se proponÃan convertir a los nativos convenciéndolos de vivir como los
franceses, vestir, trabajar y pensar como franceses, mas los indÃgenas siempre
se mostraron indiferentes. Aunque esta sociedad misionera contrajo deudas en la
década de 1650 la colonización y el comercio eran la razón de ser de Montreal.
Los jesuitas utilizaron una
táctica diferente, vivieron entre los indÃgenas, aprendieron sus lenguas y
estudiaron su sociedad con la intención de convertirlos. Los jesuitas se
interesaron más por los hurones, el grupo más grande, más sedentario e
influyente. El primero en establecer contacto con ellos fue el padre Jean de
Brébeuf con un grupo de tres misioneros. Ya establecidos, en unos años ya se
contaba con 50 franceses en el lugar. El mismo padre inició la construcción de
la misión de Ste-Marie en la ribera de un rio. Esta constaba de una capilla, un
hospital, establos para animales y residencias para los franceses y hurones
conversos. Al vivir inmersos en la vida indÃgena tuvieron que pasar por
aplastantes penalidades fÃsicas, además de que todas las costumbres de la
sociedad hurona los horrorizaba o desconcertaban. A pesar de todos los
esfuerzos hechos para la conversión de los hurones a su religión con decepción
se daban cuenta que quienes lo habÃan hecho no lo habÃan hecho sinceramente.
Todo el esfuerzo hecho por parte de los misioneros y todo el martirio por el
que pasaron los aceptaban ya que era un signo del favor de Dios, era por algo
por lo que necesariamente tenÃa que pasar.
Los misioneros también tuvieron
que formar parte de las guerras brutales y de las epidemias devastadoras. A
pesar de haberse adaptado a la forma de vida de los hurones, de haber aprendido
su lenguaje, de familiarizase con sus costumbres y creencias siguieron
incapaces de convertirles y los indÃgenas persistieron hostiles ante su
presencia. A su paso sembraban la muerte por doquiera que iban, ya que sin
quererlo ni saberlo propagaban enfermedades como la viruela y sarampión, que en
la década de 1630 causaron la muerte de millares, y que para 1640 redujeron la
población a poco más de la mitad de lo que antes eran.
A pesar de todo lo anterior los
jesuitas permanecieron entre los hurones, cuidando a los enfermos, rezando por
los muertos y predicando su mensaje. Con el apoyo de la Corona Francesa y
autoridades de la Nueva Francia convirtieron su presencia en una condición que
marcaba el mantenimiento de una alianza con los franceses, mientras que los
hurones seguÃan siendo los que recogÃan las pieles de castor y las llevaban a
Quebec.
Las guerras iroquesas
En la década de 1640 las alianzas
nativas fundamentales para la existencia de la Nueva Francia desde 1608 se
deshicieron vÃctimas de las guerras iroquesas. Cada pueblo consideró ahora a
sus rivales como amenaza para su propia supervivencia y obstáculo para su
prosperidad y prestigio. A consecuencia, la poderosa federación iroquesa envió
a sus guerreros familiarizados con las armas europeas a una campaña militar, la
cual entre 1645 y 1655 destruyó a todos sus rivales hurones. En ese espacio de
tiempo fue destruida la que habÃa sido la fuerza mas poderosa en guerras, el pueblo
hurón, petún, neutral y erie. A
consecuencia de estos conflictos se pone en peligro la supervivencia de la
comunidad francesa del valle de San Lorenzo. Cuando los iroqueses invadieron el
paÃs hurón estos se vieron divididos por desacuerdos internos por lo cual
fueron incapaces de efectuar una defensa eficaz y por ello fueron vencidos. El
desacuerdo se basaba en que algunos hurones veÃan en el catolicismo, los
misioneros y los franceses el medio de poder sobrevivir mientras que otra parte
los culpaban de sus males.
La sociedad fuerte hurona dejo de
existir, su gente fue muerta, dispersada o absorbida por la victoriosa
población iroquesa. Los iroqueses siguieron atacando a sus rivales mientras que
la pequeña colonia francesa al quedar en ruinas sus alianzas comerciales fungÃa
solo como espectador impotente de la destrucción. Finalmente la Nueva Francia
entra en conflicto con los iroqueses, y
a aterrorizados por la guerras muchos trabajadores regresan a Francia. Lo que
los iroqueses buscaban con ello no era el exterminio total de la población de
Nueva Francia sino hacerlos más dóciles a su voluntad. El comercio de pieles se
convirtió en algo peligroso y poco lucrativo pero debido a la perdida de los
intermediaron hurones la tribu algonquina tomo la oportunidad de convertirse en
traficante.
Los iroqueses desempeñaron un
papel decisivo en el derrumbe de los Cent-Associés, ya que en la transición de
las guerras iroquesas se hizo patente que la colonia era incapaz de sufragar
sus propios gastos o de defenderse por sà sola de los ataques. A consecuencia
de ello Luis XIV ordeno un nuevo impulso para la Nueva Francia, Cent-Associés
fue disuelta y la Nueva Francia serÃa una colonia sujeta a la autoridad directa
de los ministros de la monarquÃa y del propio Rey Sol. AsÃ, la colonia de
Champlain pasó a ser una provincia real de Luis XIV.
La Nueva Francia durante el gobierno del Rey Sol
Durante un siglo gobernó el Rey
de Francia la Nueva Francia. Tanto Luis XIV como su nieto, Luis XV participaron
activamente en la polÃtica colonial que junto con sus ministros de Marina se mostraron
notablemente constantes en la atención sobre asuntos coloniales. El gran
Palacio de Versalles fue el centro real del gobierno colonial. En la colonia la
autoridad del rey se transmitió a través de dos funcionarios. El gobernador
general, que por lo común era un militar aristócrata el cual estaba al mando de
las fuerzas armadas y dirigÃa las relaciones exteriores de las colonias
británicas y los pueblos indios que presidia. El más notable de los
gobernadores fue Louis de Baude de Frontenac que gobernó por dos periodos hasta
su muerte a los 76 años. Luego estaba, el intendente, que solÃa provenir de la
nobleza menor burocrática y este se encargaba del pago y aprovisionamiento de
los militares, y era gobernador civil de la Nueva Francia, ya que su cargo
abarcaba las finanzas, la impartición de justicia y la policÃa. Al gobernador y
al intendente los auxiliaba el Consejo Soberano o Consejo Superior, que se
convirtió en el tribunal supremo de la colonia y que se apoyo en tribunales
reales inferiores. Durante el gobierno real se desarrollo gradualmente un
cuerpo militar colonial. Los fondos reales pudieron desarrollar las
instituciones de gobierno mucho mas allá de lo que pudo haber aspirado cualquier
compañÃa privada como los Cent-Associés. Al personal intendente se fueron
añadiendo gradualmente oficinistas, bodegueros, aguaciles, agentes locales y
funcionarios encargados de los puertos y caminos.
La fuerza organizadora del nuevo
poder real fue resentida también por parte de la Iglesia, ya que la aparición
del gobierno real significó, en general, una mengua del dominio clerical en los
asuntos de la colonia, mas la autoridad real ayudó al clero a dar forma a una
diócesis, a una estructura de parroquias y a un sistema de diezmos para el
sustento de los sacerdotes. Aunque la Nueva Francia habÃa sido reservada para
colonias especÃficamente católicas se tolero la presencia de algunos
protestantes pero siempre estuvieron prohibidos la celebración de matrimonios y
ceremonias religiosas.
La primera gran consecuencia del
gobierno real fue el fin de las guerras iroquesas. Luis XIV estaba dispuesto a
defender su colonia y la milicia colonial que habÃa estado resistiendo los
ataques de los iroqueses quedo reforzada por el Regimiento de Carignan que
tenÃa más de mil hombres, que llegó a Quebec con ordenes de invadir el paÃs de
los iroqueses. Las tropas no causaron grandes daños, pero su intervención
agobio a tal grado a los iroqueses a consecuencia de las perdidas de vidas
causadas por las guerras y las epidemias que estos prefirieron hacer las paces
con la Nueva Francia y sus aliados nativos. Esta paz duro durante 20 años en
los cuales la colonial real de dedico grandes esfuerzos en su desarrollo.
Hacia la década de 1660, a medida
que fue creciendo la colonia francesa en el valle de San Lorenzo, comenzaron a
cobrar forma pequeños poblados europeos en otras partes de lo que hoy es
Canadá. Champlain que se habÃa negado a colonizar Port Royal a causa de lo
difÃcil que seria ejercer el control sobre la larga y quebrada costa de la
Acadia para que después misioneros y traficantes lo intentaran sin éxito
alguno. Una empresa británica también lo intento durante un corto tiempo.
Finalmente en 1620 Sir William Alexander, poeta escoses también lo intento pero
sus esfuerzos sólo perduraron en el nombre que le dio, el de Nueva Escocia.
Fue imposible mantener una
colonia solida en la Acadia debido a los ataques recÃprocos y a otros
procedentes de la Nueva Inglaterra, Virginia y otras colonias inglesas situadas
al sur, pero al menos se logro el poblamiento. Realmente la sociedad en la
Acadia nace en función del acuerdo entre los nativos mimac, no de la empresa
colonialista, de aceptar la presencia de
individuos escoses, irlandeses, vascos, asà como franceses, lo cuales debieron
organizar su vida en conjunto en la región. Los pobladores de Acadia tuvieron
que afrontarse a las poderosas mareas de la bahÃa de Fundy que pueden elevarse
y bajar hasta unos 15 metros en la boca. Poco a poco, las partes abrigadas de
la bahÃa Fundy estuvieron circundadas por diques cubiertos de pasto, de un
metro y medio de altura, que enmarcaban suelos fértiles donde los acadios
podÃan cultivar trigo y criar ganado.
Más al oriente se estaban
formando también poblados basados en la industria de la pesca y salazón de
bacalao de Terranova. A lo largo de dos siglos la pesca siguió siendo una
industria de temporada ya que los pescadores llegaban cada primavera desde Inglaterra,
Francia, España o Portugal y se llevaban su pescado seco o en salmuera de
regreso a su patria en otoño. La mayorÃa de los pescadores no residieron allà o
pasaron al menos un invierno entero en el lugar. Los europeos preferÃan
invertir en la pesca de bacalao por temor que los puertos pesqueros coloniales
se convirtieran en sus competidores. El comercio de bacalao fue mucho más
grande y valioso que el tráfico de pieles. A lo largo del Canal de la mancha
preferÃan el bacalao tierno metido en salmuera ligera, pero la mayor parte del
bacalao de Terranova se abrÃa, salaba y exponÃa al sol y al aire hasta que
quedaba duro y seco. Asà el bacalao podÃa conservarse meses incluso hasta años
siendo asà el producto de América del Norte que abrió un mercado para el bacalao
en las costas meridionales de Europa. Pescadores franceses e ingleses competÃan
por este mercado en Portugal, España y el Mediterráneo. El bacalao era caro de
modo que solo una pequeña minorÃa de la población de Europa comió bacalao de Terranova.
Para secar el bacalao los pescadores ocuparon las riberas de Terranova desde la
primavera hasta el otoño y desplazaron a los nativos beotucos.
A finales del siglo XVI España y
Portugal se retiran de las pesquerÃas y Francia e Inglaterra compitieron por
hacerse de los peces y las tierras de
Terranova de esta manera empezaron a aparecer unas cuantas poblaciones
permanentes. A fines de la década de 1600 la Terranova inglesa ocupaba
esencialmente la ribera oriental de la isla, desde las bahÃas de Trinity y Conception
hasta Ferryland y Renews, al sur de San Juan Terranova. Quizás 10,000 hombres
invernaban ahà cada año, cada verano, se les sumaban miles de pescadores de
Inglaterra.
San Juan era el punto de reunión
de pescadores desde el siglo XVI se convirtió en la mas grande de las
poblaciones, pero la población se encontraba desperdigada en un montón de
aldeas pesqueras esto en función de donde hubiera mas peces. Pescadores
franceses que iban y venÃan monopolizaron la costa septentrional de Terranova
para sus actividades, y hacia 1660 se formo en la costa sur de la isla una
pequeña colonia de pescadores franceses llamada Plaisance la cual contaba con
un gobernador, una guarnición, fortificaciones y unos cuantos centenares de
personas.